Ya estamos casi en Otoño....
No sé por qué, pero esta época es siempre el momento de hacer balance de las cosas, de planear nuevos proyectos, de idear cambios, de las limpiezas generales y del irremediable recuento de las lanas (que crecen sin parar).
En Septiembre empieza un ciclo nuevo para mí y lo considero el comienzo del año.
El año pasado fué un desastre y apenas pude tejer. En mi cabeza rondan miles de labores, miles de deseos..... quisiera hacer tantas cosas¡¡¡¡
De momento, lo primero es saber que hay en el arsenal lanero.
Esta es una pequeñísima parte de lo que tengo:
1. Bobina de lana para hacer calcetines.
La compré en un pueblo leonés que se llama
Val de San Lorenzo. Es una localidad pequeña en tamaño, pero grande para los amantes del tejido, ya que perdura la tradición textil desde hace generaciones. Se puede visitar el
Museo del Batán y hay multitud de tiendas para comprar calcetines, mantas y lana.... es una perdición¡¡¡
2. Lanas amarillas.
¿Porqué tengo tal cantidad de lanas amarillas???? El amarillo me gusta como color pero no lo suelo usar en prendas de vestir porque no me favorece demasiado.
En fin, dicen que este año el amarillo mostaza causará furor.....algo tendré que hacer para deshacerme de él.
3. Lanas "súper-viejunas".
Estos ovillos (y otros tantos más) llevan conmigo ni se sabe el tiempo.
Es muy urgente darles una salida o se van a apolillar.
Demasiadas lanas, demasiada ropa, demasiadas cosas.
Mi propósito es reducir el hábito de comprar sin antes pensar "para qué".
Todo lo que acumulo me roba demasiado tiempo y energía.
Necesito una vida más sencilla.
¡¡¡¡Ventilador, llévate lo que me sobra¡¡¡¡