Nunca había estado en la protectora de animales. Pero aquel dia, acompañé a una amiga a recoger un cachorrillo, y ...... en esa habitación de no más de veinte metros cuadrados, entre sillones viejos y mantas cochambrosas, revueltos perros y gatos, un animalito blanco y negro se me acercó.
Durante los escasamente quince minutos que allí estuvimos, hizo toda suerte de cosas para llamar mi atención: me daba con su patita, me perseguía a todas partes, alejaba a manotazos a otros animales y con diferentes ruidillos, maulló, chilló, y en suma, habló, con tal insistencia y desesperación que me dejó impresionada. Nunca lo olvidaré.
Era una gata, añosa, sin pedigree y enferma, en fin, con todas las papeletas. Cuando alguién lucha por algo con todas sus fuerzas mecere, sin duda, otra oportunidad. Volví a buscarla. Enseguida me reconoció y sin pensarlo ni un segundo se metió ella solita en el trasportín.
Venía muy malita y siguieron meses de inyecciones, jarabes y demás, que pacientemente ha soportado y todavía soporta. Es una gata muy buena, que sólo quiere estar conmigo para que la acaricie.
Hace ya cuatro años que Rita está con nosotros y ha hecho cosas increíbles:
Adoptar a Simón
Cuidarme en la enfermedad (día y noche sin descanso)
Estudiar y trabajar con nosotros (le encanta el ordenador)
Salvar al gato vecino que se había caído por un tejado
Ay Gema, lo que me hiciste esta vez!
ResponderEliminarme emociona tanto tu historia, que es la de Rita en realidad.
Te das cuenta de la gran determinación que tuvo ella, de quedarse a vivir contigo?. Y lo consiguió!
Sin dudas ella tiene una fuerza mental enorme, y fuíste ese día al refugio porque ella te estaba llamando.
Tan linda además!